6 de noviembre de 2019

Escapada a Madrid

Mucho, mucho tiempo había soñado con ese lejano día en el que podría pisar la capital por primera vez, aunque parezca mentira. Claro está, si no hay dinero, no se puede viajar por mucho que se quiera. Aunque sea dentro de mi mismo país. Pues bien, este 2019... ¡he conseguido desbloquear logro viajero! En el puente por el día de Todos los Santos, pude ir a Madrid. Así que seguid conmigo y cotillead qué hice por allí... ¡que no es poco! Risas incluidas, os lo aseguro.


Viernes 01 de noviembre

La aventura comenzó subiéndome bien temprano al autobús que me llevaría desde mi ciudad hasta Málaga, para luego coger el tren. Ese vehículo que no veo en persona desde hace tantos años... Poco más que contar sobre esto. Fue una gozada y llegué a Atocha sobre el medio día. Cinco horitas de trayecto en total, que aproveché leyendo y cotilleando los paisajes que veía por la ventana. Luego me dirigí directa al hotel, que estaba justo en Plaza de España. El Riu se llamaba. De 4 ★★★★. Cuando contraté el viajito, tuve la suerte de pillar una oferta muy curiosa de tren + hotel + actividad-que-luego-os-cuento por ser nuevo y tal, así que eso de ir a hotelazos pues como que una no tiene costumbre. Es lo que tiene ser pobretona. De todas formas, no os es que la habitación quitara el sentido, ¿eh?

Bueno, seguimos. Ese día no tenía nada programado. Solo cotillear el hotel, los alrededores y descansar porque se suponía que el día fuerte era el siguiente. Pues después de recorrerme algunos sitios famosillos tipo Cibeles, Gran Vía, Callao, etc me dio por preguntar si había entradas para el musical de Anastasia. El teatro estaba al lado del hotel y soñaba con verlo algún día (soy muy fan de la peli), pero no en esta ocasión. Ni mucho menos. Eso de llegar y topar, pues como que era complicado nivel milagro, con el éxito que está teniendo. Más equivocada no podía estar... Quedaban muy, muy, muy poquitas entradas. Tres o cuatro, si no recuerdo mal. Ni me lo pensé. ¡Para adentro que me fui! No sabéis lo emocionada que estaba. Ni en mis sueños más locos pensaba que lo iba a poder ver. Disfruté de cada segundo. El musical es precioso. La historia tiene algún cambio por ahí, pero igualmente es una maravilla. Está muy bien adaptado y te metes en la trama desde el minuto cero. El cast, vestuario, escenografía, música, todo... ¡es una verdadera pasada! Vellos como escarpias durante las casi tres horas que dura, con su descanso a la mitad, claro. Si tenéis oportunidad, vedlo. No os vais a arrepentir.

(Estatua de dragón de Game of Thrones en Callao. Las otras tres me pillaban lejos pero, al menos, pude presentarle mis respetos a los Targaryen.)

A la salida, que ya era la hora de cenar, me fui a un restaurante vegano que tenía cerca del hotel. Era un LoveHut y la comida estaba deliciosa. Comí allí durante dos de casi 3 días que estuve por aquellos lares. No sé si lo he dicho alguna vez por aquí (por Twitter, sí), pero soy vegana y no podía ir a otros restaurantes de los alrededores; así que quedé encantada. Y el personal era super amable y atento. Luego ya tocaba descansar, que llevaba en pie desde las seis de la mañana. Caí rendida en menos de cinco minutos xD



Sábado 02 de noviembre

Tras el desayuno, me encaminé a mi primera actividad programada del día y de la que más suerte no pude tener por asistir. ¿Por qué? Porque tenía planeado esta escapada desde el verano y, entonces, no tenía ni pajolera idea de que la Exposición dedicada a mi adorado Game of Thrones visitaría España JUSTO cuando yo iba a la capital. Compré la entrada tres semanas antes, toda fangirl yo en mi casa, y diciendo: "Ay, diosito, ¡que más potra no he podido tener!" Así que la mañana la pasé en Poniente.

Confesaré que iba un poco acojonada porque, desde donde está el hotel hasta IFEMA (Feria de Madrid), tenía que coger el metro y cambiar de línea un par de veces; aunque me había preparado bien en casa sobre el recorrido, paradas y demás. Puede que esto parezca una tontería, pero donde vivo no hay metro y ese mapa lleno de colorines y rayas es todo un mundo cuando no tienes ni idea ni conoces la ciudad. Y no os quiero hablar de las tarjetas que hay que sacar en esas máquinas infernales y sus opciones. Pero no me perdí y llegué, que es lo importante xD Era mucho más fácil de lo que había pensado y aquello está bien señalizado, así que no tuve problema alguno. ¡Y qué puntualidad! Impresionante. Aquí, algunos autobuses, el único medio para salir si no tienes coche propio, se pasan el horario por el Arco del Triunfo, como solía decir un profesor mio de Historia.

Ya en IFEMA, tras atravesar el gran descampado que es con un viento gélido venido de más allá del Muro, entré a la exposición. Tiene varias zonas dedicadas a las diferentes familias de la ficción, mostrando armas, joyas, trajes y algunos artículos de los decorados. Yo estaba embobada. Era muy emocionante ver tan cerquita el atrezzo tan bien hecho y detallado. En la serie ya se ve, pero tenerlo a medio metro es otra historia... Me sentía dentro del mundo de George R.R. Martin. Incluso pude hacerme fotos con armas tipo Aguja y Garra (yo poniendo cara de Jon, cuando los caballos se le van acercando en la Batalla de los Bastardos, y con una fila de gente mirándome y descojonándose con cara de aprobación xD), escalando el muro, en el Trono de Hierro y acariciando a Drogon. Además de dejar mi careto en el Templo de los Mil Rostros. Nadie ya puede hacerse pasar por mi. Si os gustaría pisar Westeros, id. Es una oportunidad única y que merece la pena vivirla.

(Una Scarlet se ha colado en Poniente, como quien no quiere la cosa, para echarle una mano a nuestro amigo Jon contra el bastardo de Ramsay :P )

En el camino de vuelta, y como anécdota, diré que en la L8 del metro se subió un señor no muy mayor que, en un principio, pensé que estaba hablando por manos libres pero que, al fijarme mejor, vi que iba hablando solo, saludando al señor Presidente y no-sé-a-qué-Ministros-más. Vamos, se iba de una entrada a la otra del vagón, todo convencido él, haciendo los gestos y saludos como si los tuviera delante. La cara de póker que teníamos los de alrededor era para habernos visto xD

Luego tocaba almorzar y asimilar semejante recorrido por tan fantástico mundo, porque lo que se me venía por la tarde también era importante; y el motivo principal de mi aventura cuando la programé. Y es que llevaba mucho tiempo deseando ver el musical de una de mis películas Disney favoritas de todos los tiempos: El Rey León. Cuando estaba en la entrada, no me lo podía creer. Estaba allí delante, viendo pasar las escenas y anuncios y pensando: "Estoy aquí de verdad. Y voy a entrar ya..." Fue una puñetera genialidad de principio a fin. Es impresionante lo bonito que es. Las coreografías, el manejo de las medio marionetas, los juegos de luces, los maquillajes, las máscaras, el cast, las canciones... Piel de pollo, en serio. Lagrimones como puños tenía cuando terminó. Lo único que me dio coraje es que la señora que estaba delante no paraba de moverse. De poco creo yo que se enteró. Las hijas pequeñas estaban tranquilitas y ella no paraba de fastidiar para un lado, para otro, para adelante o medio levantándose. A la chica que estaba a mi lado también la tenía amargada. Pero bueno, lo importante es que disfruté lo que había ido a ver. Y ya está.

(Seh... Estaba a tomar por saco, arriba del todo, pero disfruté como una niña ^^)

Después fui a cenar y me encerré en el hotel, porque el viento y el frío que se había levantado no era para estar deambulando por la calle. Eso sí, me sorprendió una barbaridad la cantidad de gente que había para subir a la parte alta del hotel, donde había un bar de copas y podías contemplar las vistas de la ciudad. Os digo que subí la tarde antes y se salía volando. No me explicaba, con el frío de cohone que hacía a esas horas, cómo podían tener ganas de subir a quedarse tiesos allí arriba. Por muy cool que sea. Eso sí, una panorámica increíble.


Como curiosidad (otra más, porque si no hay momento friki-japo en mis excursiones, parece que no soy yo xD), decir que he tenido que visitar Madrid para ver y oir los cánticos de Hironobu Kageyama en directo en un festival de canciones de anime en la NHK. No me lo explico, pero puse la tele un poco antes de dormir y allí estaba el buen hombre. Y también salió la señora que canta el opening de Evangelion. Ovbiamente, lo vi un rato. Me perdí a May'n :'(

(Zankoku na tenshi no teeze... ♪)


Domingo 03 de noviembre

Todavía sin creerme las pedazos de jornadas que habían terminado escasas horas antes, me encaminaba a engullir mi desayuno con una resaca de felicidad difícil de disimular, a pesar del cansancio que llevaba encima. Cosa que con un par de capas de maquillaje logré disimular un poco. Ya eran mis últimas horas por la ciudad y poco más podía hacer a parte de comprobar que no me dejaba nada e irme a la estación. Así que me tomé la mañana con tranquilidad.

La vuelta fueron otras cinco horitas y pico y llegué a casa sobre las ocho de la tarde, más o menos. Toda una paliza. Tenía agujetas hasta en el pensamiento. Al llegar a casa, fue soltar la maleta, duchazo rápido, cenar ligerito y meterme de cabeza en la cama que me llamaba a voces. Antes de rozar la almohada, ya estaba frita.

 (Por orden de izquierda a derecha: hotel, templo egipcio de Debod a lo lejos, vista nocturna, Plaza de España en obras, aunque ya puedo decir que la he visto, y lámpara de cristal del lobby, que me gustó. Lo que cuelga imita a las hojas de laurel y hasta había un cuadro contando el mito griego de Dafne y Apolo. No me puedo resistir a cotillear cuando me encuentro algo mitológico y esa es una historia que siempre me ha gustado ♥)

Como ya habréis notado, decir que me lo pasé bien es quedarme corta. Muy corta. Cortísima. Estos tres días se van a quedar grabados en mi corazón (muy cursi, pero es la verdad xD) muy fuertemente. He podido cumplir varios sueños en tan poquitos días, incluyendo uno en plan improvisación total, y eso es muy importante para mi. ¡Brindo por más viajes así!

Para terminar, os voy a enseñar las poquitas compras que hice: boli monísimo de Anastasia, tres marcapáginas de cuero de GOT y una mochila y llavero de El Rey León. Era imposible que me viniera sin algún recuerdo. Esto es algo que pasa una vez en la vida y no me iba a venir sin nah.


Y aquí terminan estas mini-vacaciones por el centro peninsular. No me arrepiento de haber escrito este tocho y espero haber expresado con claridad lo vivido, para que hayáis disfrutado leyéndolo, sin aburriros ;)

2 comentarios:

Ritsuka-chan dijo...

Menuda aventura, me alegro que lo pasaras tan bien, se nota que fueron unos días completitos.

Que suerte que pudieras ver el musical de Anastasia, dicen que es precioso yo quiero ir a verlo, al igual que el musical del Rey León ^^

Sabes que no soy muy fan de GOT pero que buena exposición se han montado, para los fans debe de molar mucho :D

Lo dicho un finde intenso y friki que eso siempre mola ;)

Scarlet dijo...

Ay, si. Puentazo de lujo... Llevaba tanto queriendo ir, que ni me lo creía :')

Los musicales te van a encantar; así que, en cuanto puedas, ¡ni te lo pienses!

La expo es una pasada total. Todos los que estábamos por allí teníamos la misma cara de alegría :3