30 de noviembre de 2022

Ore no hanashi wa nagai

Sinopsis
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Mitsuru es un muchacho en sus treinta y pocos que está desempleado. Cuando terminó la universidad, abrió una cafetería pero, muy a su pesar, el negocio quebró. Desde entonces ha estado en el paro y tiene pocas intenciones de encontrar un nuevo trabajo. Sin embargo, su cómoda vida cambiará en el momento en el que su hermana y su familia se mudan temporalmente a la casa de su madre -en la que también él vive- y le insistirá a enfrentarse a la realidad y a la vida.
 
 
 
Opinión:

Nos encontramos ante un jdrama que mezcla comedia con asuntos familiares del día a día. No sabía qué me iba a encontrar pero quedé muy contenta al ver la dinámica y cómo se iban sucediendo las escenas cotidianas entre los diferentes personajes.

En un principio, será fácil malinterpretar a Mitsuru y a otros mientros de la familia; pero pronto descrubriremos que cada uno tiene sus problemas y su forma de enfocar la vida. A través de las conversaciones que mantendrán -casi siempre mientras comen o estando alrededor del kotatsu- iremos descubriendo sus personalidades y las ideas de cada uno, revelándonos que no todo es como aparenta ser. Unos actúan de una forma y, otros, pues tratan de ser fieles a sí mismos y hacen lo que buenamente pueden para seguir adelante. Varios temas que también serán recurrentes, entre otros, serán el autodescubrimiento y el respeto. El respeto por uno mismo y por los demás. El no intentar de controlarlo todo al milímetro porque, si no, no es válido ni correcto.

He encontrado esta serie bastante filosófica, aunque no lo parezca. Dentro de esas charlas familiares hay comentarios bastante interesantes y acertados que se podrían encontrar en cualquier intercambio entre parientes, donde es fácil tergiversar ciertas acciones o comentarios basándose en la actitud que se tiene dentro o fuera de casa sin saber, en realidad, lo que cada persona está sintiendo o pensando porque no desea o no puede exteriorizarlo. Ya sea por miedo, inseguridad o por no preocupar al resto. Lo que nos lleva de nuevo al respeto y comprensión. Es ahí donde está la madre del cordero.

Resumiendo, Ore no hanashi wa nagai me ha parecido muy buena serie. Es amena y agradable de ver. Además, me ha maravillado cómo han sido capaz de transmitir esa naturalidad desbordante en tantas escenas cotidianas; que aquí son constantes. Siempre he pensado que este tipo de ambientes es muy difícil de trasladar a una pantalla. Siempre me da la sensación de que queda un tanto falso y forzado... pero, aquí, en ningún momento se siente que los personajes no sean familia. Unas actuaciones estupendas por parte de todo el elenco.

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