22 de octubre de 2021

El Jardín de Suldrun


Sinopsis
:

Primer volumen de la trilogía Lyonesse, por Jack Vance.
 
El monarca del reino de Lyonesse, Casmir, intriga contra los territorios colindantes puesto que anhela alzarse como el único soberano de las Islas Elder. Aspiración más que conocidas por todos... Pero sus planes encontrarán un impedimento el cuál no esperaba: los deseos de su propia hija, la princesa Suldrun.



Opinión:

El adentrarme en este mágico mundo ha supuesto ser mi primera aproximación a las obras de este autor, desconocido para mi hasta que, de casualidad, descubrí la saga hace unos años. Gustándome tanto leer sobre fantasía, cultura celta y mitologías varias... pues poco pude resistirme.

Se nos trasladará a un conjunto de islas desaparecidas cuya cultura se nutre de magníficas mitologías de pueblos europeos procedentes de Noruega, Irlanda, Francia, España y Asia Menor, aderezado con varias oleadas de tribus celtas, ciertos detalles sobre los atlantes y mitología británica, entre otros. Pero, ¿por qué digo que el señor Vance nos lleva a unas tierras olvidadas? Bien... Las Islas Elder se supone que estaban situadas entre el Golfo de Vizcaya y las antiguas Galia y Britania pero, debido a una subida en el nivel del mar, este se las tragó. Poco más se sabe de ellas, aunque en leyendas artúricas se las menciona levemente puesto que el héroe Tristán era natural de Troicinet, uno de los reinos de tan enigmático paraje.

Y bueno, ya que hemos entrado un poco en materia y conocemos algo más de Lyonesse... os diré que me ha encantado cómo se entremezcla historia con fantasía. La trama nos lleva a una época cercana a la alta edad media donde caballeros de brillante armadura, príncipes, princesas, aldeanos y aldeanas están acostumbrados a encontrarse con hechiceros, hadas, trols, ninfas y demás habitantes del reino fae. Además, la leyenda del Rey Arturo tiene gran relevancia porque, al norte de la isla principal, estaba la misteriosa Avallon.

Este relato no se centrará solo en la familia real de Lyonesse, sino que conoceremos también el resto de zonas; incluyendo sus costumbres y habitantes. Pero en este primer libro conviviremos junto a Suldrun y viajaremos a diferentes lugares, acompañados de otros nuevos amigos que tomarán mayor relevancia conforme van avanzando los capítulos.

En general, fue una lectura que disfruté mucho. Es pura fantasía, nunca mejor dicho. Una de las cosas que más me gustaron es que Suldrun no es la típica princesita. Tiene sus inquitudes y actúa según ve conveniente. Acciones que le acarrearán más de un problema... Además, también seremos testigos de la paulatina evolución de los distintos reinos según los acontecimientos que se van sucediendo en el archipiélago.
 
Sin embargo, aunque fue un deleite recorrer gran parte de la isla central, también debo añadir que hay un detalle que me ha dado corage. Y es que pienso que la misma Suldrun, siendo una princesa tan atípica, podría haber hecho bastante más de lo que hace. Precisamente por su forma de ser, quizás, esperaba de ella algo más; pero, tal y como suceden los eventos (y sabiendo lo que ocurre en los siguientes libros), puedo llegar a entenderla a ella y al mismo autor hasta cierto punto. Porque esto no es la historia de un solo territorio. Es la historia del archipiélago al completo y de sus gentes.
 
En definitva, la aventura que comienza con El Jardín de Suldrun es una verdadera gozada. Al menos, para mí, lo fue. Es tan completo y tiene tantísimos detalles, que una se queda embobada... Sentía que yo misma me paseaba por los extensos bosques y que, si no iba con cuidado, podía cruzarme con algún hada traviesa con ganas de hacer trastadas o que un grupo de trols me prohibiera el paso en un puente. Como es normal, quise saber cómo seguía la cosa en La Perla Verde.
 

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