Hijas del Laberinto

Sinopsis:

 

El único deseo que tiene desde hace años Gerardo Miranda es recuperar a su esposa Aurora. Y la investigación en la que está embarcado, tampoco va todo lo bien que él esperaba... Cuando su hija Claudia, deportista de élite, acaba envuelta sin remedio en sus pesquisas, descubrirá que la delgada línea entre las leyes de la naturaleza y las del espacio-tiempo puede ser alterada.

 

 

 

 

Opinión:

 

Nos encontramos ante la primera novelette de Iván Mayayo Martínez, publicada por Insomnia Ediciones. No es la primera historia suya que leo, puesto que tiene publicados varios relatos en diferentes revistas y antologías, y os aseguro que cada una de ellas es una verdadera genialidad. Pero... vamos a centrarnos en Hijas del Laberinto.

 

Hablando en general, este relato me ha gustado bastante. El autor sabe cómo mantener la intriga en todo momento y llevar al lector por una sucesión de acontecimientos que nos irán absorbiendo de forma que no tendrémos ni la más remota idea de qué ocurrirá, ni cómo y, ni mucho menos, qué será de los personajes. Es decir, todas nuestras preguntas y teorías se verán resueltas al final. Muy bien cerrado, por cierto, porque no queda nada al aire. Eso sí, habrá pistas aquí y allá, por lo que hay que estar atentos a los detalles que el autor nos irá dejando sutilmente a lo largo de los capítulos. Además, tanto la trama como los personajes que nos iremos encontrando están muy bien construidos. Me fue muy difícil soltar el libro de lo mucho que atrapa y, confieso, que me lo leí muy rapidito de lo espectante que me tenía. Me encantaron la temática, el rollo místico de cierta organización y las sorpresas, que no las ví venir ni de lejos.

 

En resumidas cuentas... me resultó un gustazo leer esta novela corta de ciencia ficción. Como dije, me lo pasé estupendamente bien y, entre sus páginas, encontraremos una inmensa cantidad de diversión, acción, deporte un tanto extremo en según qué momentos, situaciones y relaciones humanas que llegarán a la patata y otras cuestiones más, que dejarán sin palabras. Lo único que me queda por decir es: ¡corred a por ella!