Aoishi Hanae es una muchacha de casi 30 años. Lleva muchos años trabajando en la misma empresa y jamás ha pedido un día libre. Mucho menos se le ha ocurrido llegar tarde al trabajo. Un día, curiosamente el día su cumpleaños, acude a la fiesta que da su compañía y se cruzará con el becario universitario que trabaja con ellos a tiempo parcial y, claro, sin darse cuenta, se quedarán solos y pasarán gran parte de la noche juntos. Conmocionada y en shock, nuestra Hanae se pedirá libre la jornada siguiente. Un momento histórico, sin duda, que ni sus compañeros ni jefe podrán creer y querrán indagar para averiguar tremendo cambio de actitud. ¡Y atención!, que el atractivo CEO de la empresa vecina también entrará en juego.
Opinión:
Hacía tiempo que no veía un drama de Ayase Haruka y, como de costumbre, nunca defrauda. Es de mis actrices favoritas... y, en esta ocasión, la acompañan Tamaki Hiroshi y Fukushi Sota; que también son bastante buenos. Fue un verdadero gustazo disfrutar de los tres juntos.
En general, esta serie cuenta con una trama que puede parecer algo típica y tópica, a parte de tranquila -menos cuando la prota entra en pánico-, pero creo que resulta muy efectiva y entretenida, que da un poquito en qué pensar sobre la sociedad actual, el amor, el trabajo y la familia. Obviamente, contado de forma exagerada y con escenas que rozan lo absurdo en alguna que otra ocación, como ficción que es. Eso sí, como digo, toca ciertos puntitos que llegarán a la patata. No hasta el punto de llorar, ni mucho menos... No es un drama lacrimógeno ni tampoco lo prentenden, porque se centra en mezclar las situaciones cotidianas que vive la protagonista y los demás a su alrededor con algo de humor. Pero sí que se exponen bien visibles esos temas para que el espectador recapacite; puesto que ciertas coyunturas pueden pasarle a cualquiera en un día normal.
Resumiendo: Kyou wa kaisha yasumimasu tiene 10 capítulos de unos 45 minutos, más o menos, y es muy agradable y amena de ver. Puede que no sea lo más apasionante que se pueda ver, pero tampoco hace perder el tiempo. A mí, me alegró visualizarla y me distrajo lo suficiente como para ir viéndola rapidito.
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