28 de septiembre de 2021

Ocho Millones de Dioses

Sinopsis:
 
El padre Martín Ayala recibe una inesperada encomienda donde se le ordena que debe regresar a Japón, país donde se formó como sacerdote y misionero, diez años después de haber tenido que volver a España por haber mantenido una relación ilícita con una joven. Mientras tanto, los sacerdotes cristianos están siendo cruelmente asesinados en el país del sol naciente y él, uno de los pocos conocedores del idioma en la orden, tendrá que desentrañar los motivos de tales crímenes.

Por otro lado, también conoceremos a Kudô Kenjirô, el hijo de un samurai rural, que será elegido para cumplir la ingrata misión de proteger al sacerdote extranjero llegado del otro lado del mundo para investigar los diferentes asesinatos.
 
 
Opinión:
 
Esta novela es mi segundo acercamiento a las obras de David B. Gil y no puedo estar más agradecida por tremendos viajes al Japón de antaño. Y, más concretamente, viajaremos al año 1579, situándonos a finales de la era Sengoku y principios de Azuchi-Momoyama, ni más ni menos... Época de guerra civil en la que Japón estaba dividida en provincias gobernadas por grandes señores tales como Oda Nobunaga o Date Masamune que, en el periodo que transcurre la historia, ambos todavía estaban vivos. No como Takeda Shingen o Uesugi Kenshin, por ejemplo, que fallecieron unos años antes. Pero volviendo al asunto que nos importa en estos momentos... Durante esta época, los cristianos estaban perseguidos y los castigaban con la muerte en gran parte del país. Sin importar si eran japoneses conversos o extranjeros. Muchos tuvieron que huir al sur, a Kyushu y Nagasaki mayoritariamente, para salvar la vida.

En todo su conjunto, me ha parecido fascinante la forma en que el autor nos introduce en una investigación tan amplia, detallada y sumamente emocionante por la ruta del Tokaido (vía comercial costera al este de la isla principal) junto a los dos protagonistas. Tan distintos y, a la vez, tan parecidos... Pero la trama no se centrará solo en la búsqueda de la verdad tras los crímenes, sino que también se nos brindarán momentos de incomprensión mutua entre ambos personajes debido a las diferencias culturales. Y cuanto más avanzan en sus pesquisas, el padre Ayala y su fiel protector, Kenjirô, irán descubriendo que se han embarcado en una aventura de aprendizaje y conocimiento interior; a parte de las respectivas misiones que les fueron encomendadas.

Para mi, al igual que para ellos, también supuso un peregrinaje por tan lejanas tierras. Por eso me encanta como escribe el señor Gil... porque sientes que estás junto a los personajes. Que viajas con ellos, véis los mismos paisajes y ciudades, se sufren los mismos miedos, preocupaciones, alegrías, etc. Pero también aprendemos con ellos sobre el respeto y el entendimiento entre culturas tan dispares. El lector se siente parte de la historia. Ese es el nivel de detalle y finura que se encuentran entre las páginas de esta novela. A parte, claro está, de lo interesante que es la trama principal.
 
En definitiva... Ocho Millones de Dioses es de las mejores lecturas que he tenido el placer de disfrutar este año. ¡Leedla! Dejáos guiar a la era Tenshô y deleitáos con tan increíble periplo. De verdad que no os váis a arrepentir ni un ápice.
 

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